El mundo del triatlón es infinito. Tiene tantas subidas y bajadas como nuestra vida en general. Mil y un aprendizajes al igual que nuestro crecimiento como personas. Fases de madurez al igual que los seres humanos. Pero sobre todo esa dosis de realismo que nos obliga a sobreponernos a las dificultades y a levantarte cada día. De eso se trata la vida. El triatlón es vida.
Hace cuatro semanas tomé una decisión: buscar nuevos horizontes en este complejo mundo del triatlón. Cambiar para seguir creciendo, para continuar desafiando el statu quo. Opté por un salto cualitativo sin retorno (desde mi perspectiva), cuya principal premisa es medir la mayor cantidad de variables que encierra este deporte multifacético, sumándole una cuota de profesionalismo a mi amateurismo.
Este proceso me tiene muy entusiasmado, ya que veo mejoras en mis sesiones de entrenamiento, pero sobre todo porque todos los días aprendo algo que nuevo que me permite entender este deporte en su más amplio sentido. Quiero compartir algunas reflexiones que tal vez a alguien le sean útiles, dependiendo la fase en la que se encuentre.
Información precisa y confiable. ¿Te ha pasado que entrenas triatlón y transcurren meses enteros en que no comprendes en qué etapa estás? ¿Habré avanzando? ¿Estoy mejor que hace tres meses atrás? ¿Me estoy sobre entrenando? ¿Estoy entrenando como debo? A mi sí. Y eso me afectaba psicológicamente porque al no medir, no podía direccionar mis pensamientos en lo que hacía bien o mal y esto mermaba mis posibilidades a la hora de competir. O al menos mentalmente me hacía sentir que estaba menos preparado que el resto. O tan simple como que me generaba dudas por sentir que estaba parado sobre arena movediza.
En este micro ciclo que comencé junto a Trilab 360 todo se mide con fórmulas matemáticas que nos permiten entender las fases en las que estamos. Pero sobre todo, nos dan la posibilidad de comprender pará qué entrenamos y por qué realizamos determinado ejercicio en un día específico y sus respectivas intensidades.
Buenos hábitos. Mi decisión de cambiar de entrenamiento, el espíritu de grupo, el cocheo permanente y el diálogo fluido me han hecho explorar nuevos umbrales de motivación que me han ido llevando a experimentar círculos virtuosos. Sin perder el espíritu amateur, pero tomándome con mucha responsabilidad cada día de entrenamiento, respetando los descansos, mejorando la alimentación, aumentando la hidratación y las horas de sueño.
El cambio empieza en ti. Hay muchos tipos de triatletas y todos tienen lugar en este deporte. Sin embargo, la decisión de cambiar parte por uno mismo. En mi opinión, no te superarás (porque el triatlón se trata de ganarte a ti mismo, no a otros) si no sientes esas ganas de ganarle a tu otro yo. Podrás hacer durante muchos años triatlón, pero en algún momento caerás en una meseta si ese fuego interior no te quema. Cuando esa llama está viva, te mueve a desafiarte y alcanzar mejores resultados.
No te guardes nada. Hace cuatro años incursioné en el mundo del triatlón. Viví años de mucho crecimiento y conocimiento, sobre todo teniendo en cuenta que ingresé sin saber absolutamente nada. Sin embargo, te puedo asegurar que el verdadero cambio se produce en el momento en que decides romper límites mentales y barreras psicológicas al dejar de pensar que el éxito es lejano y que pocos son los dignos de sentirse lo suficientemente buenos como para pararse ante el resto y declararse triatletas. Necesitas perseverancia para levantarte a diario, paciencia porque los resultados no llegan rápido, creer en ti mismo para entender que los frutos dependen de ti, pero sobre todo pasión y profesionalismo.
Si tan solo logras incorporar este deporte como un estilo de vida y parte de tu diario vivir, tendrás un gran camino ganado.
Un abrazo
Autor:

Pablo Rossi
Triatleta por hobby, padre por vocación, esposo por elección.
Totalmente identificada, gracias Pablo