Triatlón olímpico de Antofagasta

Mi segundo Olímpico, si, el segundo, porque no había querido competir esa distancia, “no me acomoda”, “mucha natación en comparación con lo que considero mi fuerte que es el ciclismo”. Ni yo puedo creer que después de todos estos años aun mantenga esa resistencia al agua. Finalmente dije, puras excusas y justificaciones.

Los planes eran competir un half el fin de semana anterior, que por razones logísticas fue imposible, por lo que, teniendo la posibilidad de ir a ver a la familia en Antofagasta, decidí inscribirme en una carrera que apareció en mis redes sociales. Escribí desde el IG y de TRD me mandaron el link para la inscripción, hasta ese momento no tenía mayores expectativas de ir y dar lo mejor de mí, ya que había ofrecido al universo una carrera en esta fecha por mis dos amigas.

En el transcurso del mes previo a la carrera, comencé a conversar con las personas detrás de la organización, creo que eso fue lo mejor del evento, una energía poderosa desde una zona cálida, al igual que este grupo de triatletas (TRD Antofagasta).

Decidí no mover ni a Mandela ni a María Flow, mis bicicletas desde Temuco, así que se competiría con la María 2.0, mi fiel rutera de aluminio, ruedas  Shimano R5, Ultegra 2010, sin casco estiloso y con mis zapatos chinos de tri. Partimos.

El día de la carrera, temprano, miré el mar, lo saludé como me dijo Barbarita “agradece que te reciba”, sentí curiosidad y me tenté a sentir miedo en el calentamiento (me parecía raro que no apareciera solo) y que creen que paso?, me dio miedo! (no lo hagan en casa), pero como siempre, pude controlarlo. Dije, no, ya basta!, es el mar! Lo que más amaba tu persona favorita y que ahora te mira en palco (y más encima imaginaba que los tres papás, el de Ignacia y Bux, estaban mirando juntos). Me concentré, sabía que no estaba tan frio y en un momento me sentí atraída por ingresar al agua. Por otro lado, recordé las 3 semanas que había estado analizando y “nadando en seco”, y dije “actitud”, por lo que, salí al medio!, y dije “nunca más en un borde y nadando de más”.

Suena la largada, corro, si corro, mi yo decía “que haces Martínez!” y mi otro yo contestaba “actitud, siempre actitud”. Me colgué a unas patitas que a los 100mts se desordenaron, aun había una estela de los otros competidores que iban adelante, y dije “ahora o nunca” y me metí a las burbujas, ahí me quedé, cómoda, nadando largo y repitiendo durante esos 30 min de nado el mantra de mis amigas. Segundo giro, se sale a la playa, y vuelvo a entrar a lo elite, pura actitud. Segunda vuelta y sin ni un atisbo de miedo e incluso trague unos litros (dejen poner un poco de drama a la historia) de agua que hasta me pareció rica.

Salí y me di cuenta que estaba bastante adelante y ahí vino como una inspiración extraterrenal, una luz hipnótica, luz divina o como sea, complete la T1 con un cortaviento sin mangas que fue crucial. Inicio del ciclismo con zapatos puestos pues había una subida del demonio antes de la línea de montaje. Sentía como que corrí con los zapatos de Celia Cruz al revés.

Ciclismo ultra técnico, ultra estratégico, con muchas tonalidades cafés y el contraste del mar, paisajes muy diferentes a los que acostumbro a ver, pero realmente hermosos. Yo sentía que todo el newen estaba conmigo, disfrute cada ciclo de los pedales. En el primer giro comencé a contar a los competidores que iban girando delante mío, ocho, ni una mujer. Y dije “no puede ser”, habitualmente salgo siempre muy atrás en el agua y voy adelantando, esta vez fue distinto. Las mujeres nos íbamos gritando ánimo. Eran solo 40km de ciclismo que no quería que terminaran, de verdad que mi cerebro pedía los 90.

Llego a la T2, mi fotógrafo favorito grita “la hiciste!” y mi cerebro no entendía nada. Salgo a correr y siento que mi zapatilla izquierda tenia una tecnología parecida a las Newton, un taquito en la zona del metatarso anterior. Me empezó a molestar y mi cerebro no entendía que pasaba. Solamente repetía el mantra de mis amigas. Pero atiné y me detuve, me saque la zapatilla y no había nada!, pero al pisar con el calcetín me di cuenta que algún ser vivo o muerto estaba ahí, así que me saque el calcetín y pude hacer un pequeño castillo de arena. Acertada decisión, parar.

El trote era subida y bajada dos veces, era super estratégico también, gracias a los consejos del Coach Marcelo, mantuve el mismo registro de potencia, 200-210w, me permitió hacer las bajadas muy rápido para lo que estoy acostumbrada (nada del otro mundo pero bajo 5min/km). Me cruzo con las chicas y nos vamos gritando. Llego al ingreso a meta y escucho a Matías diciendo mi nombre en el parlante “va llegando primera mujer” (no sabía si seguir corriendo o aplaudir). Ahí estaba también mi compañero con la cámara a full para el registro final.

Rescato, el tremendo espíritu que se vivió en la carrera, la enorme buena onda de todos los nortinos que compitieron, las sonrisas y el “viniste del sur a ganarnos en casa” (que me hizo sentir importante). Tres horas de mantras para la Ignacia y Bux, quienes están mucho mejor y que sin ellas, probablemente no hubiera tenido tanta garra. Y finalmente, gratitud, por quien estuvo conmigo en todo el proceso, de soporte técnico y emocional, el Negro. A mi club! Que estuvieron pendientes y que me llevan a ser mejor, en el deporte y como persona. Al Coach que sin su dedicación, empuje, preocupación y paciencia hace sacar lo mejor de cada uno. A mi nutri, que me tiene fina y comiendo pan (no puedo no decir eso Andre!), a Pachamama, Avena Bosque, Zeya, Clinica Neostetic, con sus apoyos y Globalkine, que suelta los nudos insoltables. Pero por sobre todo, gratitud a mis amigas que me dan la posibilidad de dedicarles estos procesos, recibir la energía y transformarla.

Agradecida de existir y compartir.

Autor:

Ximena Martinez

Arica: 1-2-3 por mí y mis dos compañeras!

Mayo 2020, las esperanzas estaban puestas en volver a competir en la distancia mítica del 70,3, half o como quieran llamarle. Comenzaba a indagar sobre una serie de preguntas que venían a mi cabeza en relación con los tiempos que llevo entrenando este deporte y a los propios límites impuestos de ritmos, de modos y de forma de vivir el triatlón.

Recordaba ese triatlón sprint de Colbún, diciembre del año 2021, que sentí un pánico dantesco antes de entrar al agua, que casi me paraliza en la salida, cosa impensada para mi después de ya haber corrido a lo menos en 15 carreras de media distancia y haber debutado en un full Ironman. Pero ahí estaba, en la orilla del lago Colbún tiritando como si me fueran a ejecutar, con miedo a no lograrlo, con esa necesidad imperiosa de no tener a quien llamar para contarle de mi llegada (mi triunfo ha sido siempre llegar a la meta), porque el 2020 producto de la pandemia partió de esta existencia la persona más amada y quien, a pesar de no entender nada de triatlón, disfrutaba de mis medallas. Pánico, a no tener quien me recibiera en meta, pánico de no orgullecer a nadie, mis propios miedos. Sin embargo, logre largar y terminar, con un torbellino de emociones.

Nuevamente se presenta la carrera de Colbun, marzo 2022, sin miedo, pues iba acompañada, porque mi hermana del alma (la Pao) estaba conmigo, natación anulada por neblina, y yo flotando y calmando a a otros al interior del agua, sin ver nada, sin tener idea de donde estaba la orilla, como una nadadora empoderada. Volví a confiar y mi amiga estaba esperándome. Si, había quien me esperara.

Comienzan los planes para el Half de Arica, pero aparece Mayo, mis dos amigas de años, diagnosticadas con cáncer. En un momento no supe como poder ayudar, fuera de estar presente. Recordé que cada entrenamiento para mi es un momento de conectar con el universo, y decidí que serían ellas mis dos motivaciones.

Diez días antes de la carrera, un accidente doméstico me dejo con una doble fractura expuesta en el dedo medio de la mano izquierda. Le faltan letras “o” a la palabra dolor tanto físico como emocional, porque tenía a mis amigas ahí y no les podía fallar.

Me contacté con Luis del protolab de la UMayor, pero no me daba tiempo para una férula más pro, me propuse ir a nadar con una adaptación de la que me hizo el traumatólogo, Tegaderm y listo. Dolió, pero se pudo a lo menos ingresar a la piscinados veces más.

Arica, largo viaje desde el lugar más lindo de Chile, laregión de la Araucanía. Encontrarse con amigos fue un refresco para el alma, el Team Bustos me adoptó como parte de los suyos en sus entrenamientos y almuerzo. Corrí rapada, sí, porque llevaba a mis amigas en mi corazón y en mi cuerpo. Los símbolos son parte de mí (sino pregúntenme por los tatuajes).

Por primera vez, no tuve nervios enninguna parte de los preparativos, armé tranquila la bicicleta a una mano y media y disfruté, realmente disfruté cada minuto (nunca me había pasado, no estar nerviosa antes de una carrera).

Día carrera: Aguas frías, al ingresar al calentamiento previo, me corté la planta del pie con una roca, bueno, sin importancia la verdad. Comienza la largada y me fui con calma, a una brazada y media (el dedo dolía), el oleaje nos hacía bailar sobre el agua. Tuve una primera guerra con el miedo en el primer giro, pero recordé a mi persona favorita y las veces que nos metíamos de la mano al mar en algarrobo y cuando venía una ola nos tomaba y nos hacía saltar, no existía el miedo y así culminé el nado. Salí y al ir sacándome el traje, un voluntario me intentó ayudar, pero al no saber que andaba con guante negro, jaló de mi dedo. Mi frecuencia cardiaca subió, el dolor me atravesó la espalda, le grité y le gritaron “¡el dedo está fracturado!”, el soltó. Llegue a la T1 sin saber que hacer, años teniendo transiciones geniales y en ese momento no sabía ni siquiera si debía correr o pedalear, mire al lado y la bicicleta de Franchi no estaba. Me puse el casco y partí.

Mala decisión fue dejar puestas las zapatillas en los pedales…. no tenía como abrocharme la izquierda, me costó un mundo (literalmente 2 kilómetros di jugo), finalmente en una decisión arriesgada, pasé el brazo derecho al otro lado del cuadro y ajusté la cinta del zapato. Ahí comenzó mi juego, en lo que más me gusta. Disfruté. Tuve que recalcular la comida, pues había menos geles en la bici de los que había dejado, pero no hubo problemas. Medité cien sílabas una y otra vez durante las 3 horas, por ellas, por las fuertes, por las resilientes, por verlas siempre sonreír. Había un tramo lleno de piedras, varios pinchazos, y dije “viejo, bárreme las piedras por favor”, seguí.

Y se acabó el ciclismo, a correr. Tenía frio y había sol, raro, deshidratada no estaba. Volver a planificar. Trote conservador, a potencia fija como me dijo Marcelo Caro, mi tremendo entrenador, trote conectado con la naturaleza como me dijo Sebastián Paniagua. Imaginaba a mi papá gritando “Trota, Xime, Trota”. Se escuchaban los gritos de Sandra y Dani del Team Bustos (gracias son lo máximo), los gritos dentro de la carrera, la carrera más sorora que he corrido, todas las mujeres que corrían el medio, animándose entre ellas, fue hermoso. Y ahí, en el último giro, me entregan la corbata del colegio, en definitiva, el giro más rápido y más emotivo.

Ya en meta, lloré. Lloré por estar, por estar viva, por rezar a mi manera durante esas 5:36:44, lloré porque me dí cuenta en ese momento que era el día del padre y a mi pobre viejo lo tuve trabajando todo el trayecto. Por enfrentar mis miedos y mi dolor, en pos de comprender a mis amigas. Si, hoy me siento una superhéroe, pero no por cruzar la meta. Por ser mujer, por ser madre cuidadora, por ser trabajadora, profesional, docente. Por tener que levantarme a horas inciertas y a veces volverme a acostar porque mi hija quiere “despertar con mami”, por sacrificar las salidas con amigos, por almorzar en el auto después de ir rauda a la piscina (si, no puedo entrenar fuera de casa a las 6.00 como desearía porque tengo un diminuto humano de seis años que depende de mi) por elegir bien, por planificar mis entrenamientos indoor confiando a ojos cerrados, todo el tiempo, por elegir algo que me hace ser mejor para mí y de esta forma, para los demás. Orgullosa por nunca parar de sonreír.

Gratitud es solo lo que me queda por decir, a mis compañeros de trabajo de UMayor (que me esperaron con la oficina adornada), a mi equipo Trilab360, a la nutricionista Andrea Oyarzún, a mis amigxs del triatlón, a mis compañerxs de vida que siempre están, a las marcas y amigos que me apoyan (aunque no lo crean: Pachamama, Clinica Neoesthetic, Avena Bosque, Zeya, Globalkine, BeColor). Gratitud frente a la perseverancia de mantener mis convicciones firmes, mi alimentación consciente y mi eterno respeto por la naturaleza. Gracias también al enemigo que estuvo presente, porque me demostró que se puede razonar y no reaccionar. Gratitud de comprender que los pánicos no existen, somos autores intelectuales de su existencia y artífices de sus decesos.

Agradezco a Triatletas por el evento que me permitió vivir estos momentos

Autor:

Xime Martinez

Mi décimo 70.3

Quiero comenzar hablando de la previa, me inscribí para correr el 2020 (si, hace 2 años atrás) era una inscripción especial ya que mi participación anterior fue donde Taty acepto casarme conmigo, como dato curioso aún con la parada fue mi mejor performance (5:33:33) también como familia tuvimos la llegada de Emma (es nuestra primogenita) nació en octubre 2019 y esas 3 semanas iniciales fueron de poco dormir y aprender a ser papá, una etapa muy hermosa y exigente debo decir, por ende la postergación de ese año la agradecí un montón, aunque igual la hubiese corrido…

En esa época algo conocíamos del contagio en China, pero cómo era lejano nadie esperó ni pensó todo lo que vendría, un encierro obligado que convirtió a mi rodillo y Zwift en mi mejor compañero de entrenamiento, en todo este periodo he pedaleado casi 10mil km virtuales que me tenían expectante de lo que podría hacer en este segmento en las carreras y era la base para pensar en que este Pucon podía realizar mi mejor desempeño, sería el 4to y la experiencia previa me daba un plus, por lo que tenia confianza en lo que podía hacer en esta versión. 

Durante este periodo comencé a entrenar primero con Route y luego con Trilab lo cual fue clave para mantenerme en movimiento en todo este encierro y progresar, aunque fuera como laboratorio encerrado en casa. Como la versión 2021 también se suspendió, la premisa era sobrevivir física y mentalmente, el apoyo y seguimiento de Marcelo fue muy importante en esta segunda etapa de pandemia.

Curiosamente para esta versión del 2022 se dieron condiciones similares al 2020 ya que llegó el Nico👶🏻, y el día de la carrera cumpliría 1 mes por lo que diciembre fue un taper adelantado, sobre todo tocaba manejar el impacto de Emma de ahora no ser la única 😘, por lo que en lo deportivo el único foco fue cuidar el peso, llegué con muy buen peso pero con baja musculatura  y un nivel de grasa en el límite normal superior (me cuesta hacer PF).

Y llegó el día, la emoción de saber que vería a la Emma y el escuchar el “vamos papi” (entrenado mucho en casa jajaj) me tenía muy ilusionado, así que llegó la partida, me lancé al agua con 7 sesiones de piscina previas así que me preocupé de nadar con la técnica de pateo cruzado y tranquilo, lo que me funcionó muy bien y curiosamente resultó en un tiempo mejor de lo esperado, un nado derecho y no tan culebreado como años anteriores y con el menor desgaste de todos los que he hecho en Pucón, así que salí muy contento del agua y luego de esa eterna T1 llegué a la bici y estaba Taty con Emma, así que mi corazón se aceleró ya que son mi combustible y mi principal apoyo.

Ya en la bici, sentía que sería el mejor segmento hecho en todas mis participaciones, había mejorado mi media en vatios y tenía la obligación de demostrarlo en la cancha, los meses previos había cambiado el marco de la bici, trabajé la posición para ir aero y me convencí que era capaz de mover un lenticular así que me hice de uno, con una bici que brillaba salí a darlo todo, me lo tomé con calma hasta los nevados, fui probando la posición y comiendo según lo planificado, una vez terminado ese tramo me acoplé y fui tratando de buscar los vatios esperado y la cadencia optima, hice lo que tenía que hacer y disfruté gran parte del camino, no tuve ningún inconveniente con la bici y solo al final comencé a sentir los muslos apretados, pero desde la bajada a Pucón me preocupe de ir soltando para preparar la bajada a correr que estaba consciente sería ruda… 

Al bajar a la eterna T2 me apreté entero, eso sumado a que no logré traspasar en términos de velocidad todo lo trabajado en el rodillo, fue un poco turbulento ese momento ya que tuve que cambiar mi expectativa y dejar atrás esta decepción y concentrarme en lo que quedaba, como dato en términos de velocidad media fue mi mejor desempeño en Pucón, aunque solo mejore un 2% mi marca en velocidad y mi potencia normalizada fue un 22% superior a la realizada en los previos, claramente no represente esa mejora pero creo fue por la la falta de musculatura, de kilometraje en calle y la elección de las ruedas (sigo pensando en esto…).

Dejé la bici y estaba mi hermano con unos amigos que me empujaron a darlo todo en el trote, creo que el correr 800 m con calcetines en el cemento hizo que me apretara aun mas las piernas para comenzar el trote y disminuido llegué a la península…

no hay mucho que contar de mis 2 primeros giros, solo que fui a un ritmo bajo, me preocupe de intentar soltar las piernas y mirar a los lejos a la Marce Mora para alcanzarla, cosa que logré en el 3er giro (km 14) y este último giro me salió mas rápido que los 2 primeros pero en general fue muy lejos de lo que esperaba, como siempre la postura del trote esta trabajada para que me saquen una foto y me vea igual si voy a 4 el mil o a 7 el mil, así que la experiencia si sirve jaja

En mi cabeza estaba Taty y Emma, quienes pudieron estar en algunos momentos del trote, un glotón Nico y una intensa Emma hicieron que taty tuviera su propia carrera para hacerlas todas, así que no podía aflojar y le gané a la península nuevamente (no la caminé) y me encontré con mis bellezas en el camino a la meta, hicimos un “HI 5” con Emma y aunque no nos resultó lo entrenado para hacer barra (que quería pasarse donde el papa) llegué a la meta, como siempre celebrando el llegar sin novedad y conseguir terminar… Hoy toma mas relevancia este simple hito, un compañero de actividad de muy buen nivel no pudo lograrlo y eso nos pone triste y nos invita a repensar todo y a modificar estrategias y cuidados para seguir haciendo esta maravillosa actividad. 

Conseguí terminar mi Triatlón de media distancia n°10, no me he dado cuenta como llegué a esta cantidad y quien sabe cuántos más podré hacer el en futuro, aunque claro, la experiencia previa si me sirvió y la pude utilizar bien en lo momentos difíciles mientras estaba en carrera, sin embargo fallé en las expectativas previas, en las decisiones pre carrera y en la puesta a punto, seguiré buscando mi mejor versión y esta experiencia me dejó con hambre de superarme ya que tengo confianza en que puedo hacerlo mucho mejor, tengo todas las condiciones claves (una familia que me apoya, un gran equipo de entrenamiento, buena Salud y la motivación de seguir) por lo que solo depende de mi y de no volver a confiar en subjetividades.

Pero bueno, seguimos construyendo un camino óptimo para comenzar a pensar en un 140.6 en los próximos años, quién sabe.

Nos vemos en la próxima! 

Natación: 40 minutos 24 segundos

Bici: 2 horas 51 minutos 12 segundos.

Trote: 2 horas 08 minutos 44 segundos

Tiempo total: 05:51:04 

Autor:

Gastón Quintas

Padre, esposo y triatleta

Mi primer Ironman 70.3

Qué largo se me hace escribir una race report del 70.3 de Pucón… Es imposible referirse a “la carrera más linda del mundo” sin repasar todo el trabajo que hubo detrás. Sí, 210 días del 2021 destinados a esta competencia, más de 5.000 kms de bici recorridos, más de 1.000 km trotados… Horas y más horas de esfuerzo y dedicación silenciosa para que ese 9 de enero no hubiera reproches…. Me acuerdo de las palabras de mi coach, amigo, confidente y consejero Marcelo Caro: “Ese día, uno va a retirar la medalla, el trabajo está hecho”.

Sin pecar de arrogante, a una semana de terminada la carrera sigo confirmando que fuimos lo más profesionales que pudimos dentro del mundo amateur. Y no por los resultados obtenidos, que a mi juicio fueron muy buenos, sino porque no dejamos ningún detalle librado al azar. 

La semana previa me instalé en Pucón para vivir todos los detalles, para entender esta mística, para ya ir metiéndome en la escena de: “esta carrera empezó”. Sin carne, durmiendo bien, hidratándome de forma abundante, dejando preocupaciones de lado, eliminando el mate para no deshidratarme y descansando la mente, una variable que antes no contemplaba, pero que a la postre confirmé que iba a ser el elemento que más te podía desgastar o potenciar en una carrera de esta dificultad. Esto sumado A los 7 meses sin alcohol (no lo hice por obtener rédito deportivo, lo realicé simplemente para exigirle un poco más a la mente, a seguir machacando pero no a las piernas: a la cabeza).

Probando los últimos detalles sobre la bicicleta con el Vn. Villarrica de fondo.

A la carrera! Noche previa, 22 hrs acostado. Buen nivel de sueño pensando que la alarma sonó 4 AM. 5 AM nos encontramos con Trilab360 en la plaza de Pucón a ajustar los últimos detalles en la zona de transición. Post calentamiento en agua, a encajonarse…. Si aún te quedan cabos sueltos, contás con una hora aprox. para repasar tus movimientos y la carrera que deseas hacer, sacar la ansiedad y lo más importante: disfrutar cada momento.

Paula Fuentes, Marcela Mora y Pablo Rossi

TIP 1. Parece frase repetida, pero de tan obvia hay gente que no la toma en consideración: Hacer las cosas con tiempo en un triatlón te da la calma necesaria para poder hacer una buena carrera. Vi muchas personas que llegaron corriendo con sus bolsos, cuando nosotros ya estábamos entrando a calentar al agua. Nada bueno puede salir de esa mala praxis.

Codo a codo encajonado con la voz de la experiencia, Tatón Quintas, quien me fue acompañando hasta la largada. Sonó la sirena y al agua. Largadas de 5 triatletas cada 5 segundos. Haber nadado toda la semana previa durante todos los días en el mismo lugar donde se desarrolló la carrera fue fundamental para la orientación, para conocer la temperatura, para no tener sorpresas, para evacuar todas las dudas respecto a “¿cómo me sentiré en el agua?”. Y otra vez, nada librado al azar.

Mi nado fue acorde a lo que esperaba. Parejo en mi ritmo, sólido en el braceo, procurando optimizar piernas y administrando el físico. Me sentí muy cómodo, me conecté con la naturaleza, con los sonidos y las montañas. Siguiendo los consejos de mi coach, fuimos de menos a mas. El nado pasó volando.

TIP 2. Fundamental el trabajo de los detalles. El haber entrenado la semana previa la salida y la entrada cuando completas los primeros 1.000 metros me permitió volver a entrar al agua con aire y retomar mi ritmo rápidamente. Solo en la salida a la arena y la entrada adelanté a 10 competidores y en esos 50 mts posteriores pasé a otros 10 más que se veían faltos de aire por una sensación desconocida. Entrenadores hay muchos, pero ¿cuántos hacen foco en el detalle? Para pensar….

T1 – Al salir del agua rápidamente identifiqué voluntarios que me ayudaron a sacar el traje con mayor rapidez. Traje en mano, buen aire, pecho inflado por los aplausos de la gente y rumbeando al puesto 202 donde ya estaba la familia fiel y los amigos regalando aliento. Una T1 rápida desde los implementos, pero larga por la cantidad de cuadras que tuvimos que hacer con la bicicleta en mano. 

Fotografía: www.trichile.cl

TIP 3. Suelo pedalear sin calcetines. Y me fue bastante incómodo tener que correr 5 calles descalzo. Los riesgos de dañarte la planta del pie y que esto te perjudique en la bicicleta y el trote son altos. Hay que minimizar los riesgos a la máxima expresión.

La etapa de la bici (vuelvo a ser recurrente con el trabajo previo) la teníamos tan masticada por el hecho de haberla transitado tantas veces que ya le conocíamos desde los pozos hasta los falsos planos. En momentos de tensión hay que hacer lo que se entrenó. Y eso hice, ni más ni menos. Recuerdo las palabras del coach: “Hasta Los Nevados, cambio liviano y cadencia. No desesperarse, no cansarse”. Y así fue, trabajando con la potencia. Favero y sus potenciómetros duales qué bien le hicieron a este deporte… Como decía Pirelli: “La potencia sin control no sirve de nada”, yo digo que “la potencia sin medición no sirve de nada”.

La ida a Curarrehue tal como la habíamos entrenado. Poco viento, condiciones del clima óptimas y mucha concentración en respetar los tiempos de hidratación y alimentación tal como lo habíamos estipulado previamente. Fue a la altura de Palguín, faltando 25 kilómetros para llegar, que comenzó el viento infernal y eso significó un redoble de esfuerzos para la mente y las piernas. En la etapa del “quiero llegar” la carrera se ponía cuesta arriba. El consuelo es que eso era para todos y que dentro de todo, el viento me agarró a 25 kilómetros. No era tanto…

TIP 4. Las carreras están llenas de imponderables y variables que, aunque pensemos que tenemos todo bajo control, la realidad es que no. Por lo tanto, debemos trabajar en el ejercicio mental de transformar las dificultades en pensamientos positivos. Psicología deportiva. Ej: Tengo esta dificultad, ¿cómo encuentro la oportunidad en un escenario adverso? En un escenario propicio todos lo logramos, pero los diferentes son los que la encuentran en la dificultad. Vuelvo a reivindicar el rol de un equipo multidisciplinario. ¿En tu team nunca te hablaron de contar con un psicólogo deportivo? Trilab 360 lo tiene…

Llegando al aeropuerto ya se puede ver el fervor de la gente, los rostros de admiración de quienes apoyan, ese aplauso constante…. No me voy a cansar de decir que el calor de la gente que se acerca a Pucón hace que esta carrera espectacular sea aún mejor.

Unas cuadras antes de bajar de la bici saco los pies de los zapatos y veo sangre… Desconozco la causa, si fue la corrida previa a la bici por la calle o si fue el hecho de no haberme puesto calcetines, que entre la transpiración y la fuerza por avanzar me lastimaron. Podría haber sido una situación jodida porque las probabilidades que me impidieran hacer un buen trote eran altas. Suerte de principiante…. No pasó a mayores.

Y empezó el último martirio: el trote y su Península…. La consigna era disfrutar y sacar el trote. Me desentendí lo más que pude del reloj y procuré correr con sensaciones y el impulso de la gente. Básicamente porque la Península y su altimetría dificultan los promedios y no quería que esto afectara mi ánimo.

Fotografía: www.trichile.cl

Fue un trote duro, pero me sentí muy bien de piernas y de aire. Los calambres fueron un martirio en ambos cuádriceps, isquiotibiales y pantorrillas. Todo al mismo tiempo. Un gracias eterno a Paula Fuentes, compañera y amiga de Trilab 360, quien en pleno centro me regaló su tubito de magnesio, santo remedio para poder afrontar el segundo y tercer giro de la Península. 

TIP 5. La variable del magnesio no la había tenido en cuenta para mi primer 70.3 y es un elemento que debemos considerar en carreras de largo aliento y alta exigencia. Los calambres son moneda corriente en estas instancias.

¿Cómo se puede describir la alegría y el placer de haber cruzado la meta? Yo lo resumo en una foto muy linda que me tomaron en la llegada: puños y dientes apretados y un grito de desahogo eterno, de un trabajo bien hecho, de un esfuerzo enorme, de vencer mis debilidades, de conocer una nueva faceta de mi vida, de no ponerme límites, de intentar impactar al resto, de respetar mi cuerpo, de desafiar mis límites, de comprobar que lo imposible es mentira. Todo se resume en intentar encontrar la mejor versión de ti mismo en cada cosa que te propongas.

Fotografía: www.trichile.cl

Puedo decir objetivo cumplido. Y lo mas lindo es que este fue el trampolín para continuar con más energía y compromiso. Y ese es el mejor análisis: lo que se hizo, se hizo tan bien que seguimos con ganas de mejorar aún más.

Termino como empecé: el trabajo constante y la repetición de trabajos y sensaciones incómodas fueron el éxito que confirmó la teoría, que cuando se hacen las cosas bien, el día de la carrera vamos a retirar la medalla.

TIP 6. Mi último consejo es que si tenés dudas sobre cómo estás entrenando y tus progresos en el triatlón, no dudes en encontrar un team a tu medida. El poder medir y comparar entrenamientos diariamente te darán una base certera para saber tu nivel de entrenamiento y que este complejo deporte ya no se trata de sensaciones. Hoy reivindico a Trilab360, para mi el único team de Temuco que está despegado en sus procesos, completo, serio y profesional.

Tiempo total: 5 hrs. 37 minutos

Nado: 40 minutos / 2:00 min/100 mts

Bici: 2hrs.50 min / 31,9 kms/hr promedio /181W de potencia normalizada

Trote: 1hr.55 min / 5:40 min/km

Autor:

Pablo Rossi

Triatleta por hobby, padre por vocación, esposo por elección.

“Un sueño aplazado”

Por esta carrera comenzó todo…era el sueño sin cumplir, la deuda pendiente, “EL” desafío.

Para llegar a esto primero fuimos por el promocional (2018) el sgte año haríamos el 70.3, pero entre estallido social y pandemia, nos aplazamos hasta el 2022 y dos Ironman 70.3 en el cuerpo. Hice las cosas bien, el entrenamiento estaba y como nunca creo que todo fue planificado como reloj suizo, pero aunque eso esté en orden, la cabeza juega un rol fundamental en este tipo de carreras, hay que ser valiente y a mi me falta mucho de eso…siempre lucho contra mis miedos (la bicicleta y competir) este día no fue la excepción…lo digo como testimonio, porque sé que muchos pasan por esto y creen que los que corremos no le tememos a nada. 

1.- Natación : ya encajonadas esperando la partida (que se hizo eterna) mi ansiedad me atacaba, por fuera me sentía dormida, pero por dentro era un volcán, si en ese momento alguien me decía “vamos?” Yo me iba para la casa …así de nerviosa. No quería que esa misma ansiedad me pasara la cuenta en el agua, por lo que decidí nadar a un ritmo cómodo sin pensar en el tiempo, y claro una vez en el agua…ya todo comienza a liberarse, comencé a concentrarme, a disfrutar. Ya en Tierra El traje salió rápido (prueba superada). 

Gentileza www.trichile.cl

Ahora la transición…hice puras estupideces, ajustar el casco, tomar un gel (que se cayó y tuve que recoger) a eso le sumamos las 5  cuadras que tuve que correr con la bici al lado antes de montar, en fin una transición de casi 9 minutos (un desastre )

2.- Bicicleta : mi mayor miedo se transformó en mi parte favorita! como nunca la disfruté..creo que mi temor pasa por los autos en las carreteras, y el haber recorrido la ruta un par de veces me dió mucha confianza. Siempre llevo un torpedo pegado a la botella con las horas y comidas, sabía que tenía que hidratar en Curarrehue, y como soy torpe e insegura, preferí parar y llenar mi botella tranquila. De vuelta ya se sentía el viento en contra…pero después de la odisea vivida en St George, ya no le temo al viento…sabía que agregando más comida iba a equilibrar ese desgaste extra  punto para mi, cero calambres (que grande estoy).

  • Transición 2 : nuevamente las 5 cuadras con la bici al lado, con las piernas exigidas, la verdad es que ya llegaba muy cansada al trote, nuevamente otro error, el cinturón porta número no estaba ajustado  pérdida de tiempo en ajustar y con el movimiento se cayó un gel y el magnesio (vueeelta a recoger y volver a poner) casi 8 minutos…

3.- Trote : Pucón no te deja respirar ni pensar, te bajas de la bici y enseguida enfrentas la península…así nomás, sin clemencia y uffff como se sienten esas subidas, el paisaje hermoso, como si te pidiera que no la odiaras por la tortura que estás viviendo. Ves el lago, árboles que regalan sombra, el volcán enmarcado con flores, y luego bajas al pueblo, donde te encuentras con tu familia, amigos, conocidos y desconocidos que gritan y apoyan con tanto entusiasmo que no puedes rendirte!…la pasada por el pueblo se hace tan corta!!! Y de nuevo la península ya con menos ruido y peleando con tu cuerpo, recordándole lo mucho que entrenaste y que está preparado para eso (hay que convencerlo) y de pronto …último giro y a la meta !! 

Aunque esta vez lo único que quería era terminar, y repetía que era el último IM 70.3… ¿por que hago esto, quien me manda?, ¿por que? ¿por que? ¿por que? …y claro cuando iba llegando, siento una tremenda barra que decía “eeeoeeeeoeoeoeehhh Marcela!!” Se fueron los pensamientos negativos y la buena vibra volvió (Gracias por eso).

En Resumen, Pucón es una fiesta, el pueblo se transforma y genera una energía muy linda. El paisaje es increíble, de verdad que es la carrera más linda. La gente en Curarrehue me sorprendió, mucha barra también ahí y en el camino. 

Gentileza Patagonman Xtri

Finalmente no puedo dejar de pensar en Renato Bastias y su familia, es la pesadilla que nadie quiere vivir en una carrera, que Dios les de consuelo.

*Un gran abrazo a toda la familia de Renato, de parte de todo el equipo Trilab360.

Autora:

Marcela Mora Bassaure

Madre, esposa y trialeta

Ironman 70.3 Pucón, Chile – 2022

Mi primer 51.50

Decidí anotarme a Piedra Roja para saber qué es lo que se siente correr entre los más competitivos. Para tratar de simular lo mejor posible el 70.3 de Pucón, que es el objetivo por el que vengo entrenando y se me viene postergando desde hace tiempo.

Y haber ido a al 51.50 fue la mejor decisión. Un triatlón que deja muchas enseñanzas desde todo punto de vista, pero más que nada me otorga la tranquilidad de que este es el camino que debo seguir, la experiencia al acumular más minutos de competencia en diferentes escenarios y la satisfacción de lograr los objetivos que nos propusimos en cuanto a estrategia de carrera se refiere. 

La previa. Sábado de retiro de kits e ingreso de bicicletas al parque cerrado. Una ola de calor insoportable envolvió a Santiago y a nosotros. Pero el ir al lugar de la carrera ya despierta sensaciones, nos permite visualizar lo que viviremos al día siguiente. Y fue llegando a Piedra Roja que rápidamente vemos muchos competidores, un ambiente espectacular, buenos competidores, buenas bicicletas… 

No hubo nervios. Me focalicé en lo que vinimos a hacer. La tranquilidad de un buen trabajo y una buena preparación me volvieron a dar la confianza y la certeza de que en la medida que no me salga de mi estrategia de carrera, todo transcurrirá de forma normal.

(Primer tip: si te piden dejar la bicicleta en parque cerrado el día previo, siempre debes desinflar tus ruedas, porque entre la presión del neumático y el clima, el riesgo de que revienten es alto. Guardar este consejo para Pucón, sobre todo por el calor que hará en esa época del año.)

La carrera. Como evento multitudinario y en ciudad grande, los tiempos se vuelven tiranos. El parque cerrado abrió 6 AM, llegamos 6.15 y la largada era 7.10 AM. En esos momentos, hay que preocuparse de focalizar nuestras ideas en términos operativos; repasar todos tus movimientos para no cometer errores, preparar bien los detalles de tus transiciones. Siempre concentrado, pero al mismo tiempo desafiado porque el tiempo no sobra. 

A diferencia de otros triatlones, no permitieron el ingreso a la laguna para calentar como casi siempre hacemos. Eso hace que rápidamente tomemos nuevas decisiones y nos adaptemos al escenario. Es importante que todas estas sutilezas que te hacen desacomodarte o salir de tu esquema mental, no te provoquen un nerviosismo extra, sino que te entrenen para tomar decisiones rápidas y prácticas.

(Segundo tip: Si no puedo entrar al agua a calentar, debo tener mi plan B de hacer un calentamiento bueno para evitar lesiones, para ponerte en carrera y para entrar al agua con el cuerpo bien activo, sino damos ventaja.)

Nado. Agradable, temperatura del agua exquisita. Mucha gente, mucho golpe, mucho manotazo. Gente que se atraviesa, gente que te patea… No hay que perder el foco, esto va a ser así en todas las carreras y siempre hay que considerarlo. La experiencia va dando sus frutos y ya todo ese fenómeno de la salida afecta cada vez menos. Hay que concentrarse en avanzar firme y estar alerta de que habrá golpes, pero estos no afectarán mi desempeño.

En el agua me sentí muy bien, la orientación pese a ser un circuito complicado fue óptima. Cada 5 brazadas hay que sacar la cabeza para no desviarnos y no nadar de mas. Parece algo básico, pero ¿cuántos practicamos eso en piscina? Es fundamental que este movimiento salga natural y no signifique perder el ritmo ni que tampoco nos descoordinemos.

(Tercer tip: Si tienes la oportunidad, comprar lentes de agua que te protejan la vista del sol. El nado fueron dos giros y en las vueltas de cada giro el sol encandilaba mucho en el agua y no se lograba ver hacia delante. Unos buenos lentes podrían ayudar mucho a mitigar esto.)

Nado: 34 minutos. 2.05 min x100 mts

Bicicleta. La T1 era larga, la parte buena era que te permitía recuperarte antes de agarrar tu bici y no salir tan ahogado. La ruta fue peligrosa, en las bajadas que alcanzábamos mas de 50km/hr había mucho lomo toro y esto aumentaba riesgos de caída y considerando la cantidad de competidores, había que tener mucha precaución con las caídas propias y las del resto también. 

Hice una muy buena bicicleta, me sentí cómodo, bien de piernas. Fue mi primer triatlón con ciclo computador y el cambio fue sustancial. Dejar establecidas las pantallas idóneas es clave para visualizar cómo viene siendo tu desempeño. Potenciómetro en los pedales, es un camino sin retorno, son esenciales para tu performance.

(Cuarto tip: Ruta en mal estado y mucho lomo toro hizo que perdiera dos geles que tenía en la bicicleta. Fundamental asegurar bien los geles y ponerlos en lugares donde no se caerán y llevar siempre geles de repuesto. Menos mal tenía otros dos de reserva, sobre todo porque una carrera más larga y calurosa no hubiera sido sostenible sin geles.)

Bici: 1.40hrs, 34 km/hr velocidad promedio, 181 W de potencia

Trote. El calor fue sofocante, 35° y sin sombra. Eran tres giros y la mitad de cada giro era un falso plano que devoraba silenciosamente las piernas. Comencé motivado y me fui apagando con el cansancio pese a los geles, las frutas y la hidratación que hubo en la carrera. Hubo periodos en que ni las piernas ni la cabeza respondían. Se hizo pesado y largo. A la cabeza la faltó educación y hábitos de transformar pensamientos negativos en positivos. Tengo que aprender a hacer ese ejercicio.

Creo que el trote fue complicado para todos los que participamos y lo sacamos como pudimos. Nos sentíamos peor de lo que transmitíamos al resto, pero al finalizar todos veníamos muy machacados. Pese a todo, no fue un mal desempeño.

(Quinto tip: Estuve a punto de correr sin gorra, pero menos mal lo verbalicé el día previo y seguí los consejos del profe. En carreras donde el calor es así de intenso, la gorra es una obligación.)

Trote: 1.20 hrs, 5.30 min/km velocidad promedio

Segundo triatlón del año, aumentando la dificultad y las distancias. Gratamente sorprendido por mis logros y resultados. La alegría de no alejarme del plan. Y la tranquilidad de volver a confirmar que el trabajo diario, metódico, sabiendo el por qué y para qué entrenamos es fundamental para crecer. Pero sobre todo, con los pies en la tierra de que no le ganamos a nadie, de que no somos nada y que esto nos obliga a dar el 120% en cada entrenamiento para seguir mejorando. No hay misterio. Hay un solo camino. La seguimos!

Autor:

Pablo Rossi
Triatleta por hobby, padre por vocación, esposo por elección.

Agradecimiento a Trichile por las fotografías.

Un maratón en mi lugar favorito

Elegir correr esta carrera fue muy fácil. Llevábamos un año de pandemia, en que todos los que amamos el deporte tuvimos que adecuarnos para seguir haciendo lo que nos gusta a pesar de las restricciones. Primero tuvimos que aprender a entrenar solos en casa, luego adaptarnos a la franja horaria y después; con más libertad lo único que faltaba era tener un objetivo. 

Cuando vi la publicidad de la maratón de la patagonia, pensé, es la carrera perfecta!!. 42k es un desafío increíble para el cuerpo y la mente y correr esos 42k en una de las maravillas del mundo y además mi lugar favorito de Chile, era el mejor objetivo que podía encontrar.

Así, lo que partió como una idea, se hizo realidad cuando recibí de regalo de cumpleaños (de parte de mi pololo) la inscripción a los 42k y lo mejor de todo fue que parte de mi familia se motivó con el desafío, mis hermanos chicos,  sus parejas y mi mejor amiga, así que la carrera se transformó en un lindo paseo para compartir entre todos. 

Pero luego de tanta celebración había que ponerse serios. Tuve que buscar un team que me ayudara con la preparación. El elegido fue Trilab360 y mi entrenador Ricardo Muñoz. 

De ahí en adelante fueron 4 meses de mucha disciplina, que en las últimas semanas me tenía bastante cansada, pero que sin dudas vale completamente la pena. 

El día de la carrera, partimos desde natales hasta el parque nacional torres del paine.

Es un viaje en bus que dependiendo de la distancia que corras te demoras en llegar entre 1 hora y 1 hora 30 minutos aprox; es un buen momento para pensar, revisar tu planificación y tratar de tranquilizar tus emociones entre tanta ansiedad y nervios que sientes en ese momento. 

Llegas al punto de partida y tienes que decidir como correr.  Las condiciones del clima cambian de un momento a otro y entonces tienes que decidir si correr con primera capa, cortaviento, guantes, short o pantalón largo, etc. 

Por suerte nos tocó un día increible, así que no fueron necesarios tantos implementos y al menos yo solo corrí con manguitas y un buff. Luego de decidir como correr, hay tiempo para compartir con el resto de los aventureros de los 42k, que nos dimos mucho ánimo y suerte entre todos.

Dan la partida y los primeros kilometros son los que tienes que aprovechar para dar tu máximo rendimiento ya que después de los 21k las eternas subidas con un desnivel positivo de casi 995 mts más el cansancio que llevas post 21k hacen imposible que puedas mantener cualquier ritmo que tenías pensado en tu planificación, no es lo mismo que correr en calle, pero definitivamente el paisaje, las torres, los diferentes lagos, cóndores y guanacos del camino te dan la energía que necesitas para poder disfrutar la carrera y dar cada paso con una sonrisa y una alegría que son Difíciles de describir. 

Asi que cuando pasé por el penúltimo punto de hidratación y me dijeron que era la segunda mujer en pasar, mi corazón no daba más de felicidad. Ya casi no sentía las piernas pero quedaba poco y completar la carrera subiéndome al podio, enterarme que mi pololo había ganado los 21k en categoría pumas, mi hermana que estuvo a segundos de sacar tercer lugar en los21k (sus primeros 21k), mi hermano chico con su polola que era la primera vez que corrían una carrera de 10k, y mi mejor amiga que también se atrevió con sus primeros 21k transformaron la maratón de la patagonia en la mejor experiencia de carrera que he podido disfrutar. 

Autor:

Rocío Cruz

2do Lugar General Femenino 42k Patagonian Marathon 2021